Ciudades europeas

Qué ver en Valencia, la ciudad de Calatrava y el Santo Grial

Madrid ha escogido el papel de capital y noble madre del reino. Barcelona está intentando liberarse de la vida nocturna para convertirse en un sitio avanzado de la Europa nórdica. Pero con los pies en el Mediterráneo. Valencia en cambio se atrevió más: optó por apostar por el futuro. Para después mostrar el orgullo de su pasado. Tercera ciudad de España, con ochocientos mil habitantes y dos mil años de historia -primero los romanos, después los moriscos y después los Aragó – pero durante décadas sinónimo de paella barata y dormida vida de provincia, es hoy una de las capitales del turismo internacional -entre las diez primeras de Europa- con un centro histórico recuperado y una serie de actos dignos de una auténtica capital. Y a la pregunta qué ver en Valencia la respuesta es: muchas cosas.

Qué ver en Valencia

Qué ver en Valencia: el río Turia desviado

No está mal para una ciudad que muchos españoles recordaban sólo por las rabietas su río, el Turia, que en 1957 hizo lo que más o menos hizo el Arno en Florencia en 1966. Se recuerda como «la gran riada»En 1957 y vio cómo las aguas fangosas llegaban a los cinco metros por las calles. Hubo muertos y daños multimillonarios, pero cuando el barro se limpió hubo una esperanza y una promesa: nunca debería pasar más.

No antes decir que hecho. El caprichoso río se desvió y nació uno gigante en su curso seco parque urbano. En esa franja verde de ocho kilómetros que antes era azul, empezó a florecer la nueva Valencia: empezando por Ciudad de las Artes y las Ciencias, icono del archistar Calatraba, ahora abre el Jardín del Turia.

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Es desde aquí donde hay que empezar a descubrir la ciudad, quizá alquilando una bicicleta y paseando entre palmeras y naranjos, fuentes y plantas que tocan el Parque de la Cabecera y el Bioparc -un zoo del nuevo milenio- pero también niños que vuelven: imprescindible es el Gulliver, una locura extensión de toboganes donde los niños, nuevos liliputianos, suben y se deslizan por los dedos, el pelo y las piernas de esta gigantesca figura de 70 metros. Pero después, sigue y aún más niños adultos podrán agradar el inmenso acuario de laOceanográfico o dentro Palacio de las Artes, ambos en el Ciudad de las Artes y las Ciencias, la ciudad dentro de la ciudad diseñada por Santiago Calatrava Y Félix Candela a mediados de los 90.

Los colores del Mediterráneo en un edificio

Para los amantes de la arquitectura es un complejo de cinco estructuras que acogen áreas temáticas dedicadas al arte, la ciencia y la naturaleza y que explotan el blanco del hormigón y el contraste entre la luz y el agua de las balsas artificiales por mencionar los colores del mediterránea. Los turistas, más sencillamente, le ponen al frente de la lista de la que ver en Valencia. Por todo el nuevo símbolo de la ciudad.

Qué ver en Valencia

Qué ver en Valencia: lo nuevo se mezcla con el viejo

Pero lo decíamos: la ciudad tiene ganas de redescubrir el suyo ayer. Así, retomando el viaje al Jardín del Turia es divertido contar los puentes que en su día pasaban por el agua: los hay dieciocho y van desde los centenarios hasta los diseñados antes de ayer. En una continua contaminación entre moderno y antiguo que difícilmente se arrepiente porque cada uno encuentra lo que busca en la larga lista de la que ver en Valencia.

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Una gratificación para los ojos que también se consigue cuando se vuelve al corazón de la ciudad: es decir, en Barrio del Carmen. Aquí la historia se calcula a lo largo de milenios. Entre los antiguos círculos de paredes vencedores y vencidos, cristianos y árabes se alternaron, y cada uno dejó una huella y un recuerdo entre las calles laberínticas y los palacios aristocráticos. El único consejo a averiguar es no seguir los consejos y pasear por las puertas medievales de la Torres de Quart y de Torres de Serranos, deteniéndose aquí y allá entre calle de Roteros, la plaza de la Reina y el calle de Caballeros. Esto, al menos hasta que salga el sol. Entonces, magia valenciana, todo se transforma y esta red de piedras y espacios abiertos se convierte en el núcleo abrumador del vida nocturna.

Tapas y vida nocturna en el centro histórico

Siga las multitudes y huele el aire: encontrará el lugar adecuado para experimentar tapas de pescado y familiarizarse con los vinos de Utiliel-Requena. Así pues, con la debida lentitud, hay tiempo al día siguiente por la mañana para continuar el descubrimiento del centro de la ciudad vieja, quizás haciendo una parada en la El mercado. El nombre no engaña: ahí está el mercado histórico. Desde el año 1839 destacan sus cúpulas de hierro, cristal y cerámica y desde entonces la gente se ha hecho cola para comprar pescado y verduras pero -recordad- estamos aquí en Valencia. Nuevo y viejo juegan juntos. Los puestos son tradicionales: pero se puede comprar por internet y la mercancía llega a casa.

Qué ver en Valencia

Qué ver en Valencia: la catedral y sus historias

En cambio continuamos y vamos hacia el sur hacia lo espléndido Intercambio de la seda, una joya gótica también bendecida por la Unesco. Un poco más allá, todavía, Plaza del Ayuntamiento y otras plazas donde se dan los valencianos cita. Pero antes de volver al parque o mejor aún, ir a descubrir las playas, es necesario dedicarle un rato. Catedral: sus capas son casi un libro de historia.

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Aquí había un Templo romano, después uno mezquita finalmente, a partir del año 1238, la catedral se encargó justo después de la reconquista a los moriscos, pero el estilo ciertamente no está definido. Se mezclan románico, gótico y barroco español. Los habituales amantes del misterio recuerdan entonces que aquí, en una capilla lateral, se guarda una copa especial: se dice que es la San Greal, el cáliz de la Última Cena. Evidentemente nadie sabe si es cierto, pero al final importa poco. La devoción no busca la confirmación: sino una emoción. Lo mismo que se vive asistiendo a un ritual, absolutamente laico pero no por eso menos noble, que tiene lugar todos los jueves del año al mediodía frente al Puerta de los Apóstoles. Y esto ocurre desde el año 1200.

Aquí ocho personajes muy serios vestidos de oscuro ejercen la justicia con un juicio oral en lengua valenciana cuyas sentencias son definitivas. Y la Tribunal de las Aguas y el tema que trata es la gestión del agua y nadie se atreve a sonreír de ella. Valencia ama el futuro y construye naves espaciales de hormigón. Pero trata las cosas del pasado en serio. Quizás porque entendió que hoy sin ayer está luchando por ser un mañana mejor.

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