Ciudades europeas

En Cremona para descubrir los secretos de los violines y lutieres

“Después de 14 años sólo puedo decir que he aprendido a hacer en violín, pero ahora viene la diversión de entender por qué funciona así». Tiene la gubia en sus manos, los brazos doloridos de siempre y una amplia sonrisa de Ricardo Grisales. Él, ingeniero de caminos en Colombia, siguió a su tío Giorgio que venía de Medellín a Cremona ya en los años 80 y es la persona que conocemos en Cremona para descubrir los secretos de los violines y lutieres. En la tienda de vía Sicardo se necesitan al menos doscientas veinte horas de trabajo para hacer un violín y cuatro meses, trabajando en dos, por uno contrabajo. Al menos cuatro y tipos de madera: abeto mejor si el rojo del valle de Fiemme, sobre todo arce balcánico, álamo o sauce y después ébano o caoba. Primero, el tablero y el fondo se dibujan y se desbastan con paciencia, alisando con una gubia y un rascador, creando la cámara, esencial para la sonido. Entre las cosas más delicadas está el solomillo, una pequeña y continua inserción en pera manchada de negro que perfila las curvas del violín, una especie de «amortiguador», «como los nudos de una alfombra».

    Cremona los secretos de los violines y lutieres

En Cremona para descubrir los secretos de los violines y lutieres

Luego el virtuosismo de rizado y el grabado de los «agujeros en f» en la mesa, una especie de «firma» de cada uno luthier. Del más pequeño al mítico Stradivarius. Pero las piezas clave a menudo se esconden a la vista: es el caso de la «cadena», una varilla de abeto que soporta desde el interior del caja de resonancia las cuerdas y todo el peso de la actuación. Después de montar con teclado y capota ébano, aquí está la fase de pintura: se necesitan veinte o treinta manos. Así que con el alcohol y las resinas se procede más lentamente: con este procedimiento sólo puede darse una capa al día porque se necesita tiempo para secarse. En cambio, sólo es suficiente con una semana si elige aceite y ámbar: la mezcla se seca primero, en cuatro o cinco horas y sólo basta con quince capas. «Pero necesitas habilidades específicas de química», explica Ricardo. Por no inflamarlo todo. En violín de estudio hecho a mano, tiene un precio de mercado de aprox cuatro mil euros. Pero valdría al menos el doble por el tipo de mano de obra y horas trabajadas.

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