El tren más suizo que tiene Lombardía, tiene más de cien años. Sin embargo, el tren Bernina Express no les muestra cómo sube, rápido y enérgico arriba y abajo, por pasos y riscales, a lo largo de los 61 km de viaje desde Tiran a San Moritz. Un metro de ancho de las vías, sin bastidores. Sólo electricidad pura y continua. A 1000 voltios. Trece túneles, 52 puentes para cubrir el desnivel de 1824 metros entre ellos Tiran «Centro de la ciudad» e el Hospicio Bernina, altitud 2253, punto más alto de la ruta. Quienes piensan en matemáticas ya han hecho las matemáticas y lo han entendido: en algunos lugares la pendiente que cubre este «cocodrilo» rojo alcanza el 70%. La emoción, en cambio, no puede medirse, sino que puede programarse: el el viaje es de hecho una sucesión de giros y giros y, entre lagos helados y glaciares eternos, es mejor saber dónde preparar la cámara. No se pierda el paso puente helicoidal por Brusio, poco después de Campascio: aquí el tren se enrolla como un rizo sobre los puentes de piedra.
El puente helicoidal del tren Bernina Express
Después toca en los baches de los Gigantes de Cavaglia -excavados en la roca por la marcha lenta de piedras erráticas- a los que se puede llegar con una excursión de una hora aproximadamente. Un poco más allá, Alpe Grum ofrece quizá la postal más bonita, al menos hasta que él, su majestad, el monte Bernina con sus 4049 metros y algunos montañeros quizá comprometidos en la cresta aérea del Biancogrado. Después aquí está la bajada por el hielo de la Diavolezza, el hada de las montañas: en su casa, otra parada, para disfrutar de un remolino caliente, mientras todo lo que te rodea habla de frío. Por fin bienvenidos a San Moritz, el Montenapo deEngadina. Patrimonio deUnesco desde 2008, hermanada desde 1979 con el ferrocarril japonés Hakone Tozan, durante sus primeros cien años, el Tren Bernina Express se ha dotado de nuevos museos, películas y exposiciones fotográficas en prácticamente cada una de sus estaciones del recorrido. Por eso se aconseja organizar el viaje durante (al menos) dos días, para vivir mejor las sugerencias en tres dimensiones, al igual que entrar en un paisaje de aquél Giuseppe Segantini cuyas pinturas, inspiradas en estos lugares, no se pueden perder en el museo de arte Casa Consola de San Moritz.
A diferencia de lo que se piensa, pues, el Tren Bernina Express no sólo es rojo ardiente, el color del orden Bandera suiza: Se pueden elegir diferentes carruajes para el viaje. ¿Te fascina la historia de ese prodigio técnico? Entonces, un viaje a bordo del Xrot 9213, el último, es para ti quitanieves de vapor con accionamiento independiente permaneció en funcionamiento en el mundo. Si, en cambio, desea viajar en primera clase, elija el amarillo-oro de los vagones de época: butacas de mimbre, música clásica son el escenario de la Bucunada, la típica comida que se sirve a bordo de estos trenes. Por último, en verano, los más atrevidos podrán aprovechar los carros abiertos panorámicos. Todo el mundo a bordo.